Medios, auto-censura y el espiral del silencio.
A diario vemos nuevas noticias en los medios de comunicación. Los medios, confeccionan su entretenido relato de los hechos, que nos hace leer o escuchar hasta el final (en el mejor de los casos).
Casi instintivamente tomamos una posición sobre el tema, y, si nos parece lo suficientemente interesante, la compartamos con nuestros allegados.
Pero… ¿es esa opinión que acabo de transmitir, realmente mi opinión?
Cuando un medio de comunicación decide transmitir una noticia, debe necesariamente hacer una elección. Elige entre imágenes y videos, palabras, e incluso colores y música (acción conocido comoframing[1]). Cada uno de estos factores, de acuerdo a la ciencia de la psicología, influye en nuestra percepción al recibir una noticia (conocido como el efectopriming[2]).
A modo de ejemplo, es usual asociar la música a sensaciones de expectativa, alarma, miedo, esperanza o triunfo, entre otras.
¿Qué sucedería si en lugar de leer una noticia contada por “A” (con «x» ideas) hubiera leído la misma noticia, contada por “B” (con «y» ideas)? ¿Arribaría entonces, a la misma conclusión sobre el tema?
Hoy día es sencillo asociar algunos medios de comunicación con determinada ideología, pero, lo realmente difícil, es encontrar ideas discordantes con la opinión “mainstream” o políticamente correcta, respecto de ciertos temas, que se han vuelto incuestionables. Es probable que algunos de ellos vengan a tu mente ahora mismo.
El fenómeno de lacancelación[3]con su propósito de bloquear presuntos“discursos de odio»que frente a algunos ojos podrían resultar ofensivos hacia frágiles personalidades, continúa absolutamentevigente.
Resumiendo en pocas palabras años de teorías sociológicas, el hombre como animal social teme el aislamiento, a su vez, existe una reconocida tendencia del ser humano en adherirse a la opinión mayoritaria, aunque sea contraria a la evidencia empírica. Así las cosas, en los zapatos de un periodista, cuyo trabajo está en constante y masiva exposición, la cancelación podría ser directamente, el fin de su carrera.
Entonces, ya sea, porque el medio de comunicación se apega a determinada corriente ideológica, por el temor de un periodista al fenómeno de lacancelaciónes que, en los hechos, los medios de comunicación definen y forman, cuál es la opinión «correcta», la opinión aceptable.
Ahora bien, desde la esfera individual, cuando la opinión propia va en sentido contrario a la “correcta» percibida como mayoritaria, el exteriorizarla tiene un costo social.
Presentar una opinión disonante a menudo genera enfrentamientos, con amigos, familiares o parejas, por lo que es habitual preferir callar (también es cierto que decidir exteriorizarla fortalecerá tal relación, de descubrir que secretamente se compartía entre los interlocutores una opinión que se creía impopular)
La popular elección de callar, potencia la percepción sobre dicha opinión “correcta” o percibida como mayoritaria, que se torna aplastante, generando un efecto conocido como “espiral del silencio”, término acuñado por Elisabeth Noelle – Neumann en “La espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social.”
La autora explica como las voces que no se perciben como mayoritarias, progresivamente comienzan a auto-censurarse. Es la necesidad de aceptación la que hace que nos amoldemos a opiniones y comportamientos previamente aceptados, parafraseando a la autora.
El efecto del espiral del silencio no solo recae sobre nosotros, receptores de noticias, sino también sobre quienes las escriben, teniendo aun mayores consecuencias sobre estos últimos.
Por tanto, es sólo lógico que la opinión periodística se apegue en su mayoría, a la opinión “correcta”.
Si bien los medios de comunicación son formadores de opinión, un periodista independiente debe estar dispuesto a arriesgar su nombre, para ingresar al terreno de lucha con la opinión “correcta” o “mainstream”, afortunadamente cada vez es mas usual ver periodismo adentrándose en este suelo.
Aunque, en esencia, la dificultad de encontrar opiniones diversas sobre determinados temas inatacables, persiste.
Cabe por tanto, al menos cuestionarse, si las opiniones manufacturadas por los medios de comunicación, son realmente espontáneas, como nos gustaría pensar, debido a la gran influencia que tienen en nuestras relaciones interpersonales.
Con motivo de bajar a tierra el contenido del presente artículo, decidí utilizar el recurso que ofrece la red socialInstagrampara realizar una pequeña encuesta[4]acerca de la relación entre la opinión propia y la de los medios de comunicación:
- ¿Alguna vez tu opinión, no coincidió con la opinión popular y decidiste auto-censurarte?: a) 82% respondió que sí. b) 18% respondió no (a esos valientes, mis felicitaciones).
- ¿Cuándo consideras que una opinión es “popular”?: a) cuando los medios la validan, 57%. b) cuando la comparte mi círculo, 43%.
- ¿Es usual que la opinión de tu grupo, coincida con la de los medios de prensa? Un 47 % respondió que sí, mientras un 23% dijo no haber prestado atención a ello.
A modo de conclusión, la manera en que los medios presentan las noticias irrefutablemente forman o sesgan nuestras opiniones personales, aunque no seamos conscientes de ello, debido a su necesidad de decidir cómo presentarán determinado tema.
En virtud de lo masivo de su alcance, determinan cuál es la opinión correcta y por ende, cuál no será aceptada.
La tendencia a auto-censurarnos cuando nuestra opinión no coincide con la popular, es real, porque el miedo al rechazo es real.
La opinión mediatica, pone en marcha el espiral del silencio, dotando a dicha opinión de una falsa representatividad social, porque tendemos a legitimar intrínsecamente lo que vemos en los medios de comunicación, especialmente si un “experto» o un determinado “colectivo» la suscribe.
Entonces, sea por: a) el inevitable sesgo de los medios al formular la noticia, b) por la línea ideológica del medio de comunicación, más o menos marcada, o bien, c) por la calidad de inatacables que revisten ciertos temas[5], se ha vuelto apremiante la necesidad de exponernos a conocer la otra cara de la moneda, si es que queremos considerarnos un individuo pensante y no, un mero receptor de opiniones ajenas.
Es por ello que, antes de subirte al rápido y cómodo tren de la opinión “correcta” o “mainstream”, te invito a escuchar una visión diferente, que con seguridad te incomode, pero sin lugar a dudas, ayudará a ejercitar tu razonamiento crítico.
Te exhorto a no someterte al espiral del silencio, cuando encuentres que tu opinión es discorde con la de tus allegados, ya que al hacerlo te estarás perdiendo de enriquecedores y amigables debates, o, en el peor de los casos, descubrirás que la intolerancia está mas cerca de lo que imaginabas.
El hecho de que una opinión, resuene en los medios y en tu círculo cercano (influido por estas) no implica que sea la opinión mayoritaria. Además, a menudo las mayorías se equivocan.
La verdadera diversidad, descansa en la multiplicidad de opiniones y en la discusión crítica, no en la censura hacia presuntos “discursos de odio”.
Que cambiar de opinión sea un motivo de orgullo, y no de vergüenza.
Revisar una opinión propia, requiere auto-cuestionarse y por tanto, valentía.
Nos lleva a ser objetivos, a investigar y aprender, en lugar de conformarnos con lo primero que llega a nuestros oídos.
Culmino con esta interrogante: ¿Lo que sé, es todo lo que necesita saberse?
[1] Wikipedia, La enciclopedia libre; “…En Comunicación: … Framing es el proceso por el cual se influye en la percepción de individuos acerca de los significados atribuidos a ideas o conceptos. Un encuadre es un envoltorio o definición que alienta ciertas interpretaciones y desalienta otras. Un encuadre sobre un problema puede cambiar la percepción del público acerca del asunto…»
[2] Wikipedia, La enciclopedia libre: “…Media Priming es una teoría que establece que las imágenes emitidas por los medios son capaces de estimular la relación entre pensamientos en la mente de su audiencia…está asentada en la psicología cognitiva, y deriva del modelo de redes asociativas de la memoria humana… Un estudio realizado por Hermann Ebbinghaus mostró la importancia de la presentación de información en la imagen que nos hacemos de los demás. De esta forma, cuando la información comenzaba con valores positivos resultaba más probable que la imagen fuera positiva. Por el contrario, cuando se comenzaba con rasgos negativos la imagen de los demás tendía a ser más desfavorable…»
[3]Wikipedia, La enciclopedia libre; «…neologismoque designa a un cierto fenómeno extendido de retirar el apoyo, ya sea moral, como financiero, digital e incluso social, a aquellas personas u organizaciones que se consideran inadmisibles, ello como consecuencia de determinados comentarios o acciones,12independiente de la veracidad o falsedad de estos…”
[4]Instagram personal @flopinazo, fecha 24 de julio 2022, muestra 50 personas.
[5]Los medios de comunicación, como formadores de opinión, han incidido en que esto ocurra, a través del poder deagenda-setting,termino acuñadopor Maxwell McCombs y Donald Shaw en su libro «The Agenda Setting Function of the Mass Media”, año 1972.)
Discusión sobre este post